Primer día de abril

No veo el problema a la vida sin sueños, sin deseos, sin expectativas.

Confieso, aunque no es algo muy grato, que me hasta me había acostumbrado a pedir afecto, sinceridad, amor de otros así como he creído darlo. Hoy noto que siempre estuvo mal pedirlo, esperarlo, desearlo.

Puede leerse amargado pero ver hacia atrás y encontrarme tan ilusa me impacta, aún hasta los abrazos los pido, no es broma.

Me había equivocado al vivir negándome al mundo, "protegiéndome" de las constantes decepciones que me presentaba día a día pero no me equivocaba al creer que la vida está mejor sin esperar nada de ella. Así, lo que sea que ella nos da, es un bien precioso.

No, ya no sueño más, no significa que viva mi vida sin rumbo, me refiero a vivirla sin ilusiones, sin creer en nadie más que en mí -aunque no del todo-, creyendo en mis hechos, mis actos, lo que hoy es, no quién he sido.

Hace unos años fingía vivir así, con ése desinterés en lo que el mundo me diera, acorazada en mi propio mundo y diciendo "He aprendido a vivir así, no confío en nadie, todos los frutos de mi confianza han sido amargos", bastante puberta/adolescente depresiva pero madurando mejor la idea, no es tan estúpida. Es mejor vivir creyendo y confiando únicamente en lo que yo misma pueda darme, lo peor que puede pasar es que me odie de cuando en cuando por mis frustraciones pero nadie sale herido, al menos nadie por quién me deba sentir culpable y lo otro práctico, eres el único responsable de tu propia situación así que, si estás jodido, solo Tú te sacas de ahí o te terminas de joder, simple.

Esperar de otros, esperar de la vida, desear que se cumpla el "todo lo que des lo recibirás" o -poniéndome friki- "los estados equivalentes" o peor aún, creer en promesas o sueños de otras personas solo lleva a tristezas y dolor indeseables e inútiles.

Estamos solos, aportamos al mundo lo que tengamos por aportar, damos a  otros lo que sea que tengamos para compartir y recibimos lo que deba llegar o lo que nosotros mismos conseguimos por nuestra cuenta. 

Y así la vida se pasa, se disfruta, duele, se vive, se muere un poco, y ¿Saben qué?, está bien, todo acaba.