Encuentro

No he desarrollado ni he buscado cultivar el arte de la escritura, creo que todos podemos escribir pero pocos pueden deleitar o entregarse en sus líneas, ser amados y conocidos por otros o hasta por sí mismos.

Escribo como un recurso de axilio en el desespero por encontrarme, escribo sin rumbo, sin pies ni cabeza, así, en el mismo estado que me encuentro y me desnudo para mí.

Me leo luego de minutos, días, semanas, meses, años y encuentro la espina que tenía incrustada al "escribirme".

A veces me rechazo, me río de mi dispersión o de lo infantil que puedo ser.

Ésta noche me escribo porque debo leerme para entenderme y encontrarme.

¿Dónde estoy? Voy en mis lutos y tristezas, me alejo, despierto y vengo con esperanza y fe, ¿En qué parte me deja ése vaivén?

¿Qué valor tengo? Si quién dijo amarme pecó de omisión y dejó que me hiriera alguien insignificante ¿Mi valor para el resto tiene caducidad?

Si no debo medir mi valor en el amor que reciba sino por mí misma ¿Qué valor me doy? Me amo aún con todos mis defectos pero es duro vivir la soledad de mi propia ausencia, como ahora, estoy sin mí. Si yo misma me dejo durante temporadas ¿Qué valor le doy a mi propia presencia?

¿Qué quiero? Quiero ser feliz y libre, libre para amar y ser amada, feliz para tener qué compartir. Pero mi felicidad sufre de anorexia y bulimia, se priva y luego se quiere nutrir del mundo entero de golpe y enferma, vomita ansiedad.
Soy libre cuando me vinculo al mundo y sé que todo él es mi hogar y amo con libertad hasta que el hambre de cariño despierta, llora y pide todo el amor del que le he privado. Así me ata y me rompe, como una bestia agacho la cabeza y me deformo para recoger cada migaja del suelo.

¿Qué haré? Escribirme, para leerme, para entenderme y amarme, cobijarme en mis propios brazos, hacerme el amor, secar mis lágrimas, levantar mi cabeza y decirme "Tranquila preciosa, todo va a estar bien" como la mujer leal y fiel que soy, aunque esté lejos vuelvo, a la distancia estoy y nunca, nunca dejo de extrañarme cuando me voy.

Gracias por estar aquí, te he extrañado mucho, por favor no te vayas así, me haces falta, te amo, perdóname si te he herido.

Yo siempre, siempre estaré aquí para ti.


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