Sin destinatario
Anoche volví a ése lugar que siempre me llama. Tenía la deuda pendiente de regresar y limpiar el recuerdo de la última vez que ahí terminó otra historia de forma casi surreal.
Te he sentido, al menos quiero creer que lo hago y no que es que cada día estoy más loca o más en mí y lejos del mundo.
Hace mucho no me rompo, hace meses no me drogo ni necesito hacerlo para seguir mi vida, el tratamiento acabó y las sombras siempre andan conmigo increíblemente en paz, aunque por fuera ahora se vean acompañándome creo que viven mejor por fuera que por dentro ahogándome.
Ya hace tanto que no te busco y a veces te encuentro, en el sentimiento de estar frente al abismo contemplando la tarde, en el tener la luz de la luna llena sola para mí en medio de la noche, en la sonrisa y los ojos de un amigo, en las manos o en los abrazos que ocasionalmente he atrapado en mi camino.
Nadie me cree que no me faltas, a veces debo confesar que también lo he creído.
Ya no me rompo pero aún lloro, aún hay cosas que duelen y sangran y siento tu ausencia, dejo de ver la vida y cuánto me falta en ésos momentos ver que estás ahí, en todo y en mí.
Aún recuerdo haber sentido la calidez de tu amor en un abrazo, lo dulce de tu corazón, tu compasión, tu tristeza, tus culpas y pecados y la humedad de tus lágrimas.
Tranquilo, aquí estoy también y espero me sientas y sientas como seco otra vez tus lágrimas y encuentras alivio a tus penas.
No me has herido pero en nombre suyo, te perdono, así que sonríe y sigue. Vive y deja que te sienta aunque no estés, déjame encontrarte cada día y créeme que ni el tiempo podrá separarnos.
Fue hace tanto que pude tocar el cielo y llorar de felicidad por tenernos ahí, justo en ése momento más cerca que nunca. ¿Recuerdas ése abrazo? ¿Recuerdas cómo llovía? ¿Recuerdas cómo miramos al cielo sonriendo y llorando como un par de locos?
Nadie nos va a creer que no nos buscamos y vivimos solos porque sin estar nos tenemos.
Te tengo y si llegas te espero con un café y mucho que contarte mientras te acojo en mis abrazos y mi locura.
Tú sabes quién soy en verdad, sabes de mi fragilidad, me sabes sin mentiras ni caretas y sabes que soy tu hogar por siempre.
Cuando me preguntan por cómo eres sólo puedo decir que eres mi tranquilidad, mi apoyo, mi paz. Pero sólo tú y yo sabemos... no hay palabras.
Buenas noches.
Comentarios
Publicar un comentario